La ultima vez que escribí en este blog fue hace casi dos años. Quién diría que terminaría regresando aquí.
Nadie lee esta basura, por supuesto, pero me gusta tenerla y escribir aquí igual. Por cierto, me ha tomado un montón recuperar la cuenta, pero lo he hecho. Por sentimentalismo, porque me molestaba el spam en los comentarios, porque quería este pequeño espacio para ser yo.
Mucho ha cambiado. Demasiado.
Caín al final desapareció de mi vida, también Abel, pero no voy a decepcionarles, tengo un amor igual de frustante ahora.
¿Qué pasó con Abel?
Pues, les parecerá sumamente inverosímil, o yo muy perra (siempre parezco muy perra de todas maneras), pero Abel y yo nos largamos a vivir juntos un tiempo y todo se fue a la mierda. No hay mucho qué decir, ¿no era eso ya predecible? Digo, teniendo tanto contexto...
¿Y qué pasó con Caín?
La última vez que Caín y yo nos vimos fue en Octubre del 2021. La misma semana que perdí a Abel, pero también una semana en la que me di cuenta de que estaba profundamente enamorada de quien llamaremos Gabriel (obviamente, quiero suponer que saben que todos los nombres están cambiados).
La última vez que Caín y yo nos vimos conocí a su hermana, nos besuqueamos (unos besos que no me supieron a nada) y me dijo que me amaba.
CAÍN ME DIJO QUE ME AMABA.
TAL CUAL ME DIJO: 'TE AMO'.
Ya cuando de nada importaba.
Ya cuando nada quedaba.
En fin.
Nunca más nos hemos vuelto a ver.
¿Y qué hay de nuevo?
Pues todo.
En este momento soy libre, tengo una carrera profesional exitosa y prospera, y vivo nada más porque sí, a cinco horas en auto de donde vivía antes. Ah, y aumenté bastante de peso porque pandemia, pero eso no me ha quitado estar bien pinche diosa. También fui un tiempo a terapia, por cierto (cualquiera que haya leído todo lo que puse antes diría que me urgía la terapia).
¿Gabriel?
Pues sí.
Porque al parecer yo no puedo estar sin estar enamorada de algún imbécil. El modelo de este año es Gabriel. Pero ahora creo que sí que me mamé.
Gabriel, cuatro o cinco años mayor que yo, depende de la época del año. Una carita bella, ojos preciosos, y un acento colombiano que me hace mojar la ropa interior, y pues claro, es colombiano.
Con este, no sé ni por dónde empezar. No tengo ni razones para estar ilusionada (¿O un poquitito?), pero me encanta, me fascina, y sin duda alguna, me quedaba con ese chico hasta morirme.
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