Tiene los ojos miel.
La piel clara.
El cabello corto, echo un desvergue.
Tiene los lentes rotos de agarrarse a madrazos con otros weyes.
Los labios suaves.
Cada vellito dorado de su barbilla ordenado.
Tiene el pecho firme, los vellitos dorados que suben desde su abdomen.
Tiene un lunar en la espalda.
Tiene la verga clara.
Tiene los vellitos del pubis ordenados también.
Y, recuerdó haber pensando, mientras me tenía de rodillas frente a él:
¿Acaso algo en este cabrón puede estar mal?
Tiene una voz que me gusta.
Tiene un olor, a cigarros siempre, a frío, a otras cosas raras, que me vuelve loca.
Tiene la lengua ácida, las manos calientes, el líbido al tope.
Tiene adrenalina, drogas y alcohol en la sangre.
De todos los que me tirado, este es el peor.
¿Cómo chingados fui a perder contra este pendejo?
¡Angel de mi guarda, líbrame de este demonio con carita de ángel!
Gitana de mi guarda, dime que me quiere, dime que me lo encontraré mil veces en el camino, dime que piensa en mí tanto como yo pienso en él. Dime que como yo, piensa en mí cada que coge con alguien más.
No intento escribir nada. Esto no es fantasía, es muy real.
Ojalá regreses...