10.28.2012

Castel.

[Nota: No es una novela, es un retazo de historia que no tiene ni un principio ni fin. Se puede leer sin haber leído nada más. Leela y destrozala a críticas, porfavor.]

Elisa Castel.

Castel miró el reloj: 6:30 p.m. Esperó diez minutos más y volvió a llamar.
—¿Elisa?
—¿Te olvidaste?
—No, casi llego. Disculpa.
—Creo que ya se te hizo tarde para irte.
—¿Ya no quieres que vaya?
—Lo digo por ti, a ti es el que se te hace tarde. Yo no tengo problema, Joel, si puedo verte es mejor para mí.—Intentó darle un tono romántico.
—Llego en un rato.
Pasaron veinte minutos y Joel entró por la puerta que estaba frente a la banca. Sonrió con dulzura intentando conmover o alegrar a Elisa, pero no funcionó. Nunca funcionaba.
—Llegas una hora tarde—sentenció Castel.
—Perdón...
—Disculparte no sirve de nada.—suspiró—tenemos mucho de qué hablar. Necesito que me hagas un par de favores antes de que me vaya.
—¿Qué necesitas?
—Una coartada para todo el fin de semana.
—¿Quieres que diga que te quedarás conmigo?
—Si esa es tu idea... me da igual lo que planees, sólo tiene que ser perfecta.
—¿Para qué quieres eso?
—Para que sí —Joel la miró con recelo— tú confia.
—¿Harás algo malo?
—Eso no se puede definir.
Joel miró al los lados y luego al suelo; después se pasó la mano por la frente.
—Elisa...
—Conformate con que no haría nada que te dañara a ti.
—Yo te quiero, pero...—la muchacha le plantó un beso en los labios, tibio y suave.
—Porfavor, Joel. —Se quedó petrificado dos segundos y la tomó de las manos.
—¿Cuál es el otro?
—Quiero que me compres un perro.
—¿Un perro?
—Sí, no hagas más preguntas. 
Elisa miró a Joel a los ojos; él siempre había tendio unos ojos tiernos que conmovian a cualquiera que se les quedase viendo, excepto a Elisa, pero ese día fue una excepción.
Elisa le plantó otro beso en la frente, tomó su bolsa de piel marrón,  y se marchó; Joel se quedó pensando otro rato y se después se retiró. Después de todo el viaje hasta allá había sido muy largo para los diez minutos que había estado con Elisa.

(...)

Y eso que Castel se veía tan flaca.

8 comentarios:

  1. ¿Y para qué quería un perro? ¿Y la coartada? ¿A quién iba a matar? ¿QUÉ PRETENDÍA ESA MUJEEEEEEEER? jajajajaj



    M.

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  2. Anónimo28.10.12

    A veces, le podemos ver todo el sentido del mundo a un par de versos, a un par de líneas, o quedarnos patidifusos sin encontrar palabras algunas para describir el texto leído. Yo, en mi caso, he podido ver en tí reflejado una genialidad encuanto al texto,¿sentido? Encontarle sentido facilmente sería demostrar que es una historia seca y facilmente entendible. Pero no, esta no lo es.

    ¡Gracias por seguirme! Es genial tener seguidores nuevos por el blog, yo te sigo igual. Porque como he dicho, me he quedado asombrada en distintos aspectos con este texto.
    Un besazo,

    www.smileandwomanocry.blogspot.com ♥

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  3. Anónimo28.10.12

    Gracias por pasar por mi blog y darme tu opinión, gracias por leerme, también.
    Te pido que sigas éste texto, mucha intriga!! Me encantó, al igual que tu blog. Te dejo un beso desde www.moorablog.blogspot.com !

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  4. Yo quiero saber para que quería el perro D:

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  5. Jaja, lo del perro hizo furor jajaja.
    Te dejo un saludo :)

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  6. Creo que la gran duda es el perro...:3
    pero me gusta jj muaaaaaaaa!!

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  7. jaja el perro, me quede con ganas de leer mas

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  8. Pues sí, sin saber más no puedo juzgar, pero parece interesante. :-)

    atlantis2050.blogspot.com

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